NEW DEAL
New Deal («Nuevo trato») es
el nombre dado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a su
política intervencionista puesta en marcha para luchar contra los efectos de la
Gran Depresión en Estados Unidos. Este programa se desarrolló entre 1933 y 1938
con el objetivo de sostener a las capas más pobres de la población, reformar
los mercados financieros y re-dinamizar una economía estadounidense herida
desde el Crac del 29 por el desempleo y las quiebras en cadena con la finalidad
de sacar a la economía de su país de la situación de depresión.
Integrado por un conjunto o paquete de medidas
de política económica no siempre coherentes, el New Deal trató de relanzar la
economía americana por medio de la ayuda inmediata a los millones de
trabajadores que se habían quedado sin empleo y que ya no podían contar con la
ayuda pública y planes a largo plazo que incentivaban la inversión privada para
recuperar la actividad económica en el comercio, la industria y los servicios
se puso en marcha.
-Orígenes
La Primera Guerra Mundial había favorecido a los Estados
Unidos de una manera espectacular, convirtiéndolo en el principal proveedor de
materias primas y productos alimenticios e industriales. También era el
principal acreedor del mundo, y su influencia en Europa era fundamental.
La guerra había traído
también un importante crecimiento industrial que se calcula en un 15%, siendo
los sectores más favorecidos aquellos relacionados con la industria bélica. La
agricultura también se había beneficiado y las necesidades europeas de
comerciar, convirtieron a la flota americana en la segunda marina mercante del
mundo.
La prosperidad y el
crecimiento que se inició en los primeros años de la década de 1920, fueron
mucho más profundos y estables en los Estados Unidos. La
industria se hizo más eficiente al incorporarse el Taylorismo y el Fordismo
como nuevas modalidades de producir y organizar el trabajo y la producción en
serie se impuso. También se desarrollaron nuevas actividades relacionadas
indirectamente con las nuevas industrias, como la construcción de carreteras,
de aeropuertos, de viviendas de fin de semana, etc.
Sin embargo, la prosperidad
indefinida y el optimismo se extendían por todas partes. Eran los años dorados
del consumismo y de la exaltación nacionalista. El clima de confianza se tradujo en la compra de
acciones de las empresas industriales por parte de un gran número de la
población, siendo la Bolsa de Nueva York el centro de la economía mundial, a
dónde llegaban capitales de todos los puntos del planeta.
A pesar de esto, como la
economía mundial estaba en desequilibrio con respecto a los Estados Unidos, no
se pudo generar una demanda suficiente que pudiese sustentar la expansión
industrial. Esto dio lugar a que ya en 1925, se comenzase a acumular stock de
diversos productos, dando lugar a la caída de los precios, al desempleo y a la
pérdida de la capacidad adquisitiva de la población.
Hacia fines de la década, la
compra de acciones de manera desenfrenada creció en un 90%. La especulación
financiera hacía ganar dinero rápidamente, siendo el valor de las acciones ficticios, ya que estaban por encima de su valor real.
EL PORQUE DE LA CRISIS: A
medida que la prosperidad aumentaba, los empresarios buscaron nuevas negocios
para invertir sus ganancias. Prestaban dinero a Alemania y a otros países e
instalaban sus industrias en el extranjero. También invertían en maquinarias que permitían aumentar la producción.
Desde que advirtieron que tendrían dificultades para vender tanta mercadería,
comenzaron a invertir en bienes de lujo, como joyas o yates, y en negocios
especulativos. La compra de acciones en la bolsa se fue transformando en uno
los más rentables. Muchas veces, para comprar acciones, los empresarios pedían
créditos a los bancos. Debido a que la ganancia de las acciones podía llegar a
un 50% anual y el interés que debían pagar por los créditos bancarios era del
12%, los beneficios que obtenían eran enormes.
A fines de la década, la prosperidad, que antes estaba basada en el
desarrollo industrial, pasó a depender de la especulación.
En 1928, algunos síntomas
hacían prever que la economía estaba en peligro. Los
almacenes estaban llenos de mercaderías que no podían ser vendidas y muchas
fábricas comenzaron a despedir a sus trabajadores. Sin embargo, en la bolsa
seguía la fiesta especulativa. Los precios a que se vendían las acciones no
reflejaban la situación económica real de las empresas. Aunque el crecimiento
de muchas de ellas se había detenido, sus acciones seguían subiendo porque
había una gran demanda de los especuladores. Cuando en octubre de 1929 la Bolsa de Nueva York
quebró, la crisis fue inevitable y se extendió al sistema bancario, a la
industria, el comercio y al agro estadounidenses. Sus consecuencias se
sintieron también en todo el mundo y perduraron hasta la Segunda Guerra Mundial.
El jueves 24 de octubre de 1929, se produjo el
crash de la bolsa de Wall Street. Más de 13.000.000 de títulos que cotizaban en
baja no encontraron compradores y ocasionaron la ruina de miles de inversores,
muchos de los cuales, habían comprado las acciones con créditos que ya no
podrían pagar.
Esto llevó a que la gente
entrara en pánico, y quienes poseían dinero en cuentas bancarias corrieron a
retirarlo. Los bancos no eran capaces de hacer frente a tal magnitud de
reintegros, y además, como en los Estados Unidos se había tratado de hacer
frente al descenso de la demanda con una expansión de¡ crédito a los ciudadanos
comunes, se vieron desbordados por deudas incobrables. Ante esto, se negaron a
dar nuevos créditos y a refinanciar las deudas existentes, pero sin embargo,
aproximadamente 600 bancos americanos quebraron.
En los Estados Unidos, el
descenso de¡ consumo hizo que los stocks acumulados crecieran, las inversiones
se paralizaran y muchas empresas tuviesen que cerrar sus puertas.
Extensión de la crisis
Las conexiones existentes en
la economía internacional, pero sobre todo la dependencia que de los Estados
Unidos tenía la economía europea, hicieron que la Gran Depresión, se extendiera
por todo el mundo.
La caída de los precios en
América afectó a las industrias de otras partes de¡ mundo que tenían precios
superiores a los estadounidenses y que al no poder competir, vieron
drásticamente reducidas sus exportaciones. Al mismo tiempo, la disminución de
la demanda norteamericana, (y por ende, de sus importaciones), frenó las
exportaciones de muchos países, con lo que disminuyó el comercio mundial.
Esto
tuvo una especial repercusión en Alemania, que tenía cuantiosos créditos
tomados a Norteamérica, pues ese país había sido prácticamente obligado a endeudarse
para hacer frente a las reparaciones de guerra estipuladas en el Tratado de
Versalles, las que debían ser pagadas en efectivo. La crisis afectó también a
Austria, Gran Bretaña, Francia, América Latina, el Sudeste Asiático, Australia,
y muchos más, ya que salvo en la Unión Soviética, sus consecuencias
repercutieron de una u otra manera en todo el planeta.
LA SOLUCIÓN IMPLEMENTACION DEL NEW DEAL
La crisis había llevado a
replantear el rol del Estado en la economía de una nación. En marzo de 1933
asumió como presidente de los Estados Unidos, Franklin Roosevelt, quien se fijó
como principal objetivo reconstruir la economía de su país.
Para esto desarrolló un plan
conocido como "New Deal", que consistía en la regulación de la
economía favoreciendo las inversiones, el crédito y el consumo, lo que
permitiría reducir el desempleo. El gasto público debía orientarse a la
seguridad social y a la educación.
Las medidas adoptadas por
Roosevelt fueron: ayudar a los bancos, subvencionar a los agricultores, aumento
de los salarios y reducción de las horas de trabajo, creación de nuevos puestos
de trabajo en la administración pública y en obras públicas, lo que daría un
fuerte impulso a la construcción y a sus industrias derivadas. También se
establecieron planes de asistencia sanitaria y se organizó un nuevo sistema de
jubilaciones y pensiones"
Los resultados del New Deal
fueron desiguales, lográndose estabilización en lugar de crecimiento. No se
logró el pleno empleo y la permanencia de un número alto de desocupados,
hicieron de la década del 30. Un período de tensiones y enfrentamientos
sociales
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Mtro. Agustín Becerra Ovalle.